Half Moon Run - The debt




Never be sure
Who pays the debt of our time
So rest assured
That you'll never pay the debt that is owed
Never be sure
Who pays the debt of our time
So rest assured
You'll never pay the debt that is owed
Ooh, yeah
Ooh, yeah
Oh (who pays)
Oh, who pays the debt of our time
Ooh, yeah
Ooh, yeah

Rueda del tiempo

Se han agotado de mí las más bellas poesías no osan tocar mis labios no se acercan temen cruzarme en un pensamiento no las imagino no las pienso. Granos de arena de un reloj fluyen, contemplo cada grano en sus instantes eternos no mido el tiempo intocable te extraño te pienso.

Abandonar cansancios

Siento comodidad en mi pequeño departamento cuando el silencio opaca el ruido de afuera, sin música de fondo más que el chillido de las bisagras de la ventana, consecuencia de la corriente de aire chocando contra las mismas y las hace golpear contra la pared. Uno, dos..., cuento las veces que rebota la ventana por el efecto de acción y reacción. Llevo contando cerca de 20 minutos.

Mi pequeño refugio es cómodo "La vida es una sola", y permanezco acostada sobre el suelo, dejando que ella me pase. A veces, a lo lejos me percato de las bocinas de los vehículos de la avenida siguiente. Usualmente cuando cuento el golpeteo de la ventana, mi cerebro, como un proceso automático hace que deje de oír las bocinas y centra su atención en lo primero. "La vida es una sola", me levanto y termino de tomarme el café que para este momento ya está frío.

Se sienten tan reales los anhelos de recuerdos que nunca sucedieron, "recuerdos futuros" solía llamarle con la esperanza de que alguna vez se hicieran reales. No quedaron más que en la memoria ficticia de lo que alguna vez fue. No, de lo que pensé alguna vez sería.

Más allá de la oscuridad: la penumbra

En la penumbrosa tarde de mitad de Octubre Ella le arrebataba su último aliento, las grisáceas hojas de aquel árbol que se colaban a través de la ventana de su desordenada habitación la consolaban porque sabían que no había retorno... ellas sabían.

Mientras dormía se dejaba llevar por los recónditos lugares que su mente mostraba. Volaba sobre grandes montañas, saltaba a alturas sorprendentes, caminaba en los suaves prados verdosos con aroma a flores, visitaba lugares desconocidos y flotaba con suavidad sobre las tiernas estrellas espaciales; a veces era niña, otras, anciana. En escasas ocasiones llegó a navegar por sus recuerdos de otra eras, recuerdos de sufrimientos de cada cuatro tiempos que aparecían cuando estaba en profunda concentración donde no dominaba su yo interno, el trance era más duradero y difícil era regresar. La acumulación de tristezas la corroía por dentro y la desesperación le hacía perder el sentido.

El viaje nocturno de la mente que va más allá de la oscuridad le había agotado, el portal ascendente la había transportado hasta un umbral desconocido que hasta ahora se mantenía oculto reposando siempre entre las sombras. Vivía sola, experimentaba muy a menudo toda clase de viajes mentales y su curiosidad la llevó a perseguir sin temor los retos encontrados.

En la entrada se leía "Umbra de Sisemen Retla Oge", le sobrevino escalofríos por todo el cuerpo y el gélido viento que expiraba el umbral le helaba los huesos. Dudó en entrar pero algo dentro la llamaba con intensa insistencia. Se detuvo con precaución para observar cuidadosamente lo que allí se encontraba. Al entrar reparó en que el lugar era gris y silencioso, y estaba rodeado de ruinas antiguas que en otros tiempos fueron lo que no son ahora; las largas callejuelas reposaban incesantes desde siglos y siglos, se percató que el débil resplandor del Sol grisáceo se elevaba sobre la copa de un árbol cercano a una ventana de una casa que desde donde se encontraba admirando le recordaba a algún lugar lejano que ahora dormitaba en una caverna de sus remotos recuerdos. Con pasos cortos se acercó a la ventana donde las hojas entraban cálidamente para consolar a quien se encontraba dentro. Era una habitación semi iluminada y en ella una persona abrazaba su propio cuerpo. Sorprendida y asustada podía ver cómo el temblor del cuerpo de quien observaba cesaba mientras una mujer gris exactamente igual a la primera salía de su cabeza y la absorbía arrebatándole el aliento.

Despertó agitada cuando el resplandor del Sol tocaba la copa de aquel árbol. Con un fuerte dolor de cabeza recordaba lo que había ocurrido en el umbral, su corazón no dejaba de latir aceleradamente, respiró con profundidad y su nerviosismo se alejaba con lentitud; temblaban con descontrol sus manos y piernas. Abrazó su propio cuerpo acurrucada en su cama hasta que cesó aquella reacción que hubo sufrido, tal vez por el miedo ante semejante camino o por el forzoso despertar que le revelaba un acontecimiento ineludible.

Sus pensamientos separados de sí se revelaban como némesis álter ego, tomando forma corpórea saliendo de su cabeza, otra persona físicamente igual pero de piel gris se encontraba ante sus ojos. Su grito pereció en la garganta y sus morados ojos casi sobresaltaron de sus órbitas... En la penumbra de su desordenada habitación su álter ego la absorbió por completo.

Despertó conmocionada, aún era de madrugada y asustada recordaba lo que había ocurrido en el umbral del umbral. No volvió a conciliar el sueño. 


Más allá de la oscuridad: vacío (I)


No sabía la hora ni dónde me encontraba podría ser poco más de la mañana o poco más de la tarde, no había rastros de la noche. Aparecí en una plaza desconocida no sé como ni por qué no poseo recuerdos de lo que hacía antes de estar allí. La plaza parece estar custodiada por misteriosos agentes; quien se pasea dentro es alejado por ellos. No me detuve y en mi recorrido caminé alrededor y los vi efectuando su labor, «¿qué cuidan?» pensé. Encontré una muchedumbre que se desplazaba continuamente y la aglomeración de individuos estaba sumida en una tranquilidad apacible ajena al lugar; conversé con un extraño que amablemente se me acercó cuando le hice señas de aproximarse para preguntar sobre la fecha, su respuesta fue desconcertante para mí: "No sabemos que día, mes o año estamos", dijo. Mi desconcierto fue tal que quedé pasmada de sorpresa. «¿Cómo es posible?» pensé. Continuó a mi lado el extraño joven, vagamos hasta alejarnos del lugar y llegamos a una estación de tren, bajamos las escaleras hasta la entrada principal del subterráneo para finalmente detenernos en la puerta de un extraño ascensor cilíndrico y transparente, por razón desconocida nos ocultamos de misteriosos agentes que estaban dentro del elevador, giré a la derecha y luego a la izquierda y los sujetos que estaban próximos se ocultaban como nosotros, logramos evadirlos y mi acompañante no dijo nada, entramos en él y me percaté de que su estructura era extraña como todo lo existente en el lugar.

Somnolencia efímera

La realidad ha comenzado a consumirme, ya puedo ver mis dedos desvaneciéndose y echo un vistazo hacia lo que está detrás de la ventana: ramas secas que se dejan llevar por la corriente del viento. Afuera las luces de los faros permanecen encendidas iluminando las calles desnudas haciéndome saber que aún no ha amanecido. Con calma, me levanto de la cama apartando las sábanas que cubren mi regazo; mis dedos, veo a través de ellos y al llegar al espejo veo a través de mí, mi figura desvanecerse. Está despertando, es su sueño y es entonces cuando reparo en que nunca he existido.


Arcade Fire - Winter for a year




Oh my God, a winter for a year
Oh my God, a winter for a year
And I cleaned out the back of my wardrobe for a year
Jackets never turn into branches
Not while you're not here
Oh my God, a winter for a year
Oh my God, a winter for a year
I kept my life so cold
Every breath just fogs up all the mirrors
The tears are frozen long
Long before I ever thought of crying
So ends my year-long romance
With radio towers and machines
Wasted all my prayers
That I can't remember my dreams
But I don't mind
Oh my God, a winter for a year
Oh my God, a winter for a year
And I cleaned out the back of my wardrobe for a year
Jackets never turn into branches
Not while you're not here
So ends my year-long romance
With radio towers and machines
Wasted all my prayers
That I can't remember my dreams
But I don't mind
No, I don't
No, I don't care anymore

Espécimen

El pobre escarabajo yace de espaldas sobre la mesa de un laboratorio, mueve sus patas como nadando al aire tratando de voltear su cuerpo y reanudar su marcha a quién-sabe-dónde. Con sus patas al ritmo de nado inverso logra rotar su cuerpo en círculos haciendo de su espalda el eje de rotación. Un humano con bata blanca se acerca y en sus manos lleva un objeto filoso.

—Hora de comenzar la disección.

El escarabajo, ahora inmóvil y cansado de sus últimos esfuerzos infructuosos piensa con fervor «Deseo que ese humano sea yo», y cuán extraño y misterioso es el mundo que creemos conocer, el insecto se mueve con mayor desespero no comprendiendo el acontecimiento acaecido .

—Hora de comenzar la disección.—Dice el escarabajo en el cuerpo del humano.